Las 4 Estaciones (¡ojo!, no de Vivaldi)
Cualquier estación del año es perfecta para acercarse a visitar la Arquitectura Negra de Guadalajara (Castilla La Mancha), evidentemente cada una de ellas tiene su particularidad, y esto hace que cientos de detalles cambien y el aspecto de viviendas, calles, construcciones y entorno, cambie radicalmente.
Si hay una estación que destaca por encima de las demás, es el OTOÑO.
En el Otoño se produce la mayor variedad cromática de todo el año, los árboles de hoja caduca se visten con tonalidades pardas, anaranjadas, ocres, rojizas, amarillentas,… y ofrecen todo un espectáculo al contrastar con los diferentes tonos de verde que los árboles de hoja perenne ofrecen. En esta época del año la demanda de visitas al Hayedo de Tejera Negra se dispara, y aunque es muy aventurado hablar de unas fechas ideales para visitarlo, podemos decir que del 15 de Octubre al 15 de Noviembre se encuentra en su punto óptimo, ese en que las hojas han cambiado de color pero no se han caído. Es en el Otoño cuando se celebra por estos lares el Certamen de Cine de Viajes del Ocejón, que en el 2014 va a celebrar su 6ª edición.
INVIERNO
No son demasiado frecuentes las nevadas en las cotas más bajas del valle, en cambio tanto el Pico Ocejón como el Pico del Lobo mantienen sus cimas color blanco durante bastantes semanas.
En el caso de una nevada que cubra todo, es muy recomendable pasear por cualquiera de los pueblos de la zona (Campillejo, Majaelrayo, Robleluengo, Campillo de Ranas, El Espinar, Roblelacasa) y observar el bonito contraste del blanco de la nieve con el negro de las pizarras, cualquier foto que hagamos será como las antiguas: en blanco y negro.
PRIMAVERA
Siempre se asocia la primavera con el renacer, con la «vuelta a la vida», con la explosión del verde y la subida del caudal de los arroyos.
En los Pueblos Negros de Guadalajara no te vas a encontrar grandes deshielos como en el Pirineo, pues la nieve se funde en relativamente pocas semanas, pero sí disfrutarás de multitud de arroyos y torrentes y de praderas cargadas de flores. Es una época ideal para realizar rutas de senderismo (como por ejemplo la ruta de las Cascadas del Aljibe) que no hemos podido hacer durante el invierno por algún tipo de limitación, por ejemplo las subidas al Pico del Lobo y al Pico Ocejón. Es precisamente en esta estación cuando se celebra la Media Maratón de Montaña del Ocejón, una cita imprescindible para los corredores de montaña pero también para los aficionados al contacto con la naturaleza.
VERANO
En esta estación los días son muy largos y podemos aprovechar todas esas horas de luz para realizar excursiones de mayor duración o para desplazarnos a lugares algo más apartados. Cualquier actividad no acuática será mejor dejarla para las primeras horas del día o para la caída de la tarde. Las horas centrales las podemos aprovechar para darnos un baño en el pantano de El Vado, en la «Presilla» de Campillo de Ranas, en alguna poza de los ríos Jarama o Jaramilla, o en alguna de las piscinas que ofrecen los alojamientos rurales que hay en el Valle.
En el verano (estación en la que mucha gente sale de vacaciones) se nos presenta también la oportunidad de disfrutar de la fiestas de aldeas y pueblos , con actividades durante el día y baile por la noche.
Los Pueblos Negros de Guadalajara, con su singular encanto arquitectónico y riqueza cultural, destacan como una de las comarcas interiores más fascinantes en términos turísticos.
Esta región no solo cautiva por sus características edificaciones, sino también por la profundidad de sus valores etnográficos y culturales.
Su estratégica ubicación, a tan solo 90 minutos de la bulliciosa Madrid, la posiciona como un destino turístico de primera categoría.
Ya sea para breves escapadas rurales de fin de semana o para estancias más prolongadas durante periodos vacacionales como verano, Semana Santa, puentes festivos o Navidad, los Pueblos Negros ofrecen una variedad de experiencias y actividades que satisfacen los gustos de todo tipo de viajeros.
